Por Roberto Valenzuela: Ventajas de vender gas y gasolina en el mismo lugar

 

 

Roberto Valenzuela

 

Había escuchado del tema, pero cuando viví una experiencia particular fue que adquirí plena conciencia sobre la urgente necesidad de unificar la venta de todos los combustibles en un lugar bien organizado y bajo los mejores parámetros de seguridad.

Fundamentalmente la implementación de un nuevo  modelo exigirá la adecuación de todas las estaciones a los estándares de seguridad de más alto nivel.

Luego entendí que es la cosa más tonta, carente de sentido común o una falta de organización de parte de nuestras autoridades tener dispersas las estaciones de gas con las de gasolina, gasoil y demás. Si hacemos un recorrido notaremos que las estaciones de combustibles, además de estar disgregadas en nuestras ciudades, muchas operan en mal estado, precariedades y deterioradas, lo que representa un peligro constante.

Ocurrió que el pasado domingo cuando regresaba a mí casa, en la avenida Jacobo Majluta, me encontré con tres mujeres empujando una camioneta que se le había acabado el gas que usa como combustible. Trataban de ponerse a un lado de la avenida para luego esperar algún samaritano que las ayudara en una zona solitaria y a expensa de la delincuencia.

Al detenerme a ayudarlas lo primero que me comentaron es el debate de la unificación de la venta de todos los combustibles, pues, su vehículo estaba en “reserva”, pero al pasar por una estación de combustibles no pudieron recargar.

Cuando yo remolcaba su camioneta, en dirección Oeste-Este, pasamos por dos estaciones de combustibles (una Shell deteriorada y otra “Next”) hasta llegar a una Propagas. Por un asunto de organizar el país y simplificarles la vida a los usuarios, ofreciéndole un mejor servicio, se debe  unificar este tipo de servicio.

El colega periodista Miguel Ángel Núñez y quien escribe estas reflexiones hablamos mucho sobre ese tema con un científico-químico que trabaja en un laboratorio y nos decía que la unificación no representa ningún tipo de peligro y que lo importante es que “las bombas (estaciones) estén en buen estado”. Y que se cumpla con los protocolos de seguridad. Dijo que en todo el mundo funcionan unificados. Por el contrario, según él, al estar unificados eso favorece las labores de supervisión de las autoridades.

Igualmente, el geólogo Osiris de León ha manifestado su apoyo a la iniciativa y dice que en varias ocasiones ha explicado sobre sus beneficios. Consideró como muy positivo que Industria y Comercio comience a escuchar los sectores involucrados en el tema.

A esto agregamos que la Asociación Dominicana de Empresas de la Industrias del Combustible (Adeic) detalla las ventajas y beneficios de integrar la venta de los diferentes combustibles en el mercado dominicano.

La Adeic puntualizó que reunir la venta de diesel, gasolina y autogas (GLP), traerá beneficios directos a los clientes, al promover su derecho a la libertad de elección, y al mismo tiempo la democratización del sector combustible.

La entidad destacó que el autogas se encuentra entre los combustibles alternativos para vehículos más utilizados en Estados Unidos, Europa, Asia y América Latina, con aproximadamente 25 millones de los 600 millones de vehículos que circulan en todo el mundo. En los primeros dos mercados, el autogás se vende en las mismas estaciones de servicio que los combustibles tradicionales.

También ha seguido ganando popularidad por ser considerado como un combustible «verde», ya que su uso reduce las emisiones de escape de CO2 en un 15% en comparación con la gasolina y el diesel.

República Dominicana tiene la alternativa de seguir la misma tendencia, como un paso estratégico para el sector, actualmente es el combustible más utilizado: abarca el 55% de los vehículos de circulación nacional, con una venta que a finales de 2016 se contabilizó en 260 millones de galones.

La ADEIC ha advertido que el reglamento 2119 que prohíbe la venta de Gas Licuado de Petróleo (GLP) en las estaciones de combustibles líquidos viola la Constitución de la República en sus artículos 40 y 74.