DETALLES
Un despacho de la agencia EFE reseña que el asalto se produjo en el «dimanche gras», el primer día del Carnaval haitiano y en pleno Champ de Mars, la gran explanada situada frente al Palacio Presidencial donde se iban a celebrar los desfiles, que fueron cancelados tras los tiroteos.
Un grupo de policías vestidos de civil y encapuchados atacó a tiros el cuartel general del Ejército y trató de incendiar el edificio, ubicado en la misma zona, según informó el Alto Mando de las Fuerzas Armadas en un comunicado.
En el tiroteo falleció un soldado, mientras que otro militar, cuyo rango no fue precisado, resultó herido y se encuentra hospitalizado en condición estable, según la fuente.
El Alto Mando de las Fuerzas Armadas dijo en el comunicado que los militares mantuvieron «una postura defensiva para evitar un baño de sangre», a la vez que reclamó a la Policía que «restablezca la calma».
Después, el tiroteo se generalizó por la plaza de Champ de Mars, enfrentando de un lado a los militares y del otro a policías de uniforme y de paisano, ante la mirada de periodistas que habían acudido a cubrir el Carnaval.
En los enfrentamientos también falleció un policía y resultaron heridos al menos ocho personas, entre ellos tres civiles y cinco agentes, según informó a Efe un portavoz del hospital Bernard Mevs de Puerto Príncipe.
Los incidentes se han extendido a la sede de la Radio Televisión Caraibes, donde hombres armados identificados como «manifestantes de la Policía» han incendiado varios vehículos de la emisora, según denunció el sindicato de periodistas.
Ya entrada la noche, se seguían oyendo fuertes tiroteos en diversos puntos de Puerto Príncipe.
EL CARNAVAL CANCELADO
Después de estos hechos, el Gobierno haitiano anunció la cancelación de las celebraciones del Carnaval, fiesta que trataba de organizar por todos los medios para dar sensación de normalidad en el país, después de la crisis de los últimos meses.
«A fin de evitar un baño de sangre programado, el Gobierno informa a la población y a los carnavalescos en particular que ha decidido cancelar el Carnaval en Puerto Príncipe», anunció el Ministerio de Cultura y Comunicación en una nota oficial.
El Gobierno calificó los hechos vividos en el centro de Puerto Príncipe como una «situación de guerra», con tiroteos durante toda la jornada y calles bloqueadas.
REIVINDICACIONES DE LOS POLICÍAS
Los policías se han manifestado varias veces este año para pedir mejorías salariales, el derecho de crear un sindicato y otras demandas laborales.
Para presionar al Gobierno, la semana pasada trataron de boicotear el Carnaval prendiendo fuego a las escenarios que había montado el Ejecutivo en Champ de Mars.
Este sábado el presidente haitiano, Jovenel Moise, anunció beneficios extraordinarios para los agentes, entre ellos la concesión de préstamos hipotecarios a tasas muy bajas; sin embargo, a los policías no les agradó la oferta.
En su comunicado de condena a los ataques, el Gobierno se pregunta por qué los policías adoptan «un comportamiento extremista» en lugar de sentarse a negociar con el Ejecutivo, que tiene «la mano tendida».
«¿Por qué rechazar el diálogo y la mano tendida para resolver los problemas difíciles que enfrenta la patria, preferir el camino de la anarquía y ofrecer a la población más dolor y lágrimas que tal situación no dejará de causar?», agrega el comunicado.
UN EJÉRCITO LEAL AL PRESIDENTE
El Ejército de Haití tiene un contingente pequeño, de unos 500 soldados, y fue creado en 2017 por orden del actual presidente, a cuya figura los militares han mostrado lealtad.
Haití pasó dos décadas sin Fuerzas Armadas porque en 1995 el entonces jefe de Estado Jean-Bertrand Aristide las disolvió, en respuesta al golpe de Estado militar de cuatro años antes.
La Policía haitiana tiene un contingente de cerca de 15.000 efectivos, que han recibido entrenamiento por parte de los militares y policías desplegados en el país entre 2004 y 2019 en el marco de la Misión de la ONU.
UNA CRISIS HONDA Y POLIFACÉTICA
Haití atraviesa una fuerte inestabilidad sociopolítica desde julio de 2018, por la debilidad de la economía, las acusaciones de corrupción que salpican al presidente Moise y por la creciente inseguridad.
Además, el país lleva casi un año sin primer ministro y, desde enero pasado, sin Parlamento, al terminar la legislatura sin que se pudiesen celebrar elecciones para renovar la Cámara de los Diputados y el Senado debido a la inestabilidad.
Entre septiembre y noviembre pasado se produjeron constantes manifestaciones populares que llevaron a la parálisis de las actividades económicas, institucionales y académicas por cerca de dos meses.
Las últimas elecciones parlamentarias estaban previstas para el pasado octubre, pero fueron pospuestas porque esa oleada de protestas antigubernamentales.
En medio de la crisis, el presidente Jovenel Moise ha buscado impulsar conversaciones con la oposición con el objetivo de negociar la formación de un Gobierno de unidad nacional.