Testigo del tiempo
Todavía falta mucho más
J.C. Malone
ESTADOS UNIDOS, Nueva York.-Estamos viviendo el peor momento de la historia contemporánea.
La pandemia ha matado medio millón, demostró que no tenemos sistema sanitario, que la economía sólo funciona para un microscópico grupúsculo, y que la clase política colapsó.
Ese colapso, que trajo a Donald Trump, ahora ofrece a Joe Biden, co-autor del desastre que parió a Trump, como “única salida”.
Con medio siglo dirigiendo políticas públicas, Biden es responsable del desastre actual, o resultó tan descorazonadoramente ineficiente que no pudo evitarlo. Si tenemos que elegir entre el doctor Víctor Frankeinstein y el monstruo que él creó, no hay opciones. Trump es el monstruo, Biden su creador.
Entrando al infierno, dice Dante Agighieri en La Divina Comedia, una inscripción reza: “perded toda esperanza los que entráis”. Si Biden es la esperanza, aceptémoslo, no tenemos esperanza.
Estamos como en un callejón de Los Minas, en la capital dominicana, llamado “La vuelta del cu _o”. Entramos por un lado, dimos una vuelta larguísima y sinuosa, para salír exactamente por donde entramos.
Como el racismo se proyecta en la policía, ellos están de “brazos caídos”. Poco a poco dejarán que todo descienda al caos. Muchos parques se abarrotaron de personas consumiendo bebidas alcohólicas en público, eso esta prohibido. La policía no interviene.
La pandemia también luce ausente. Quizá pandemia y policías actúan como mar, se retira antes del sunami, y cuando retorna todo lo arrasa a su paso.
Cuando la delincuencia nos arrope rogaremos por acción policial, luego tendremos exactamente lo que pedimos, no podremos quejarnos.
Las profecías apocalípticas de ayer son realidades objetivas hoy. Recién entramos a este largo y oscuro túnel, quien vea una luz al final, ve un tren en vía contraria.
Según los pesimistas, “tocamos fondo”, los optimistas tienen otra visión, aseguran que “no hemos llegado, bajaremos mucho más”.