TRINCHERA DIGITAL.-El Presidente Donald Trump y su esposa, Melania tienen coronavirus. El mandatario publicò en su cuenta de tuiter este viernes que «comenzaremos nuestro proceso de cuarentena y recuperación de inmediato. ¡Lo superaremos juntos!», escribió en su red social.
Todavía no está claro cómo afectará este contagio a la organización del segundo debate presidencial, programado para el 15 de octubre en Miami, Florida.
El médico de Trump, Sean Conley, emitió un comunicado en el que dijo que el presidente y la primera dama «están bien en este momento» y «planean quedarse en la Casa Blanca durante su convalecencia».
Trump casi nunca usa mascarilla y, a menudo, no mantiene el distanciamiento social con sus ayudantes u otras personas durante los compromisos oficiales.
Estados Unidos acumula ya 208.000 fallecidos por coronavirus, la cifra más alta de muertes en el mundo.
El presidente de Estados Unidos se suma a la lista de mandatarios que se vieron contagiados en los últimos meses, como el de Brasil, Jair Bolsonaro, y el de Reino Unido, Boris Johnson.
Minimizar la pandemia
Durante meses Trump dio a entender públicamente que la gripe común es más peligrosa que la covid-19 y se mostró escéptico sobre la gravedad de la enfermedad.
«No podemos dejar que el remedio sea peor que el problema», tuiteó Trump el 23 de marzo, al cuestionar el cierre de la economía por la pandemia y las medidas de distanciamiento social.
«Va a desaparecer. Un día, como un milagro, desaparecerá«, dijo también sobre el virus.
Sin embargo, antes de que el coronavirus llegara al país, el presidente de Estados Unidos ya sabía que era más letal que la gripe, pero según le dijo al periodista Bob Woodward quería minimizarlo para evitar el pánico.
Woodward, quien destapó el escándalo de Watergate y es uno de los periodistas más respetados de EE.UU., entrevistó a Trump 18 veces entre diciembre y julio.
La cuestión ahora es cómo afectará la convalecencia de Trump a su campaña electoral.
¿Cuán trascendental es esto?
Análisis de Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC para Norteamérica
Una semana después de que Donald Trump les dijera a los estadounidenses que no se preocuparan por la covid-19 porque «prácticamente no afecta a nadie», excepto a los ancianos y a las personas con afecciones cardíacas, el propio presidente dio positivo por el virus.
Es difícil decir exactamente cuán trascendental es esto a tan solo 32 días de las elecciones estadounidenses, sobre todo ahora que el mandatario tuvo que ponerse en cuarentena para recibir tratamiento.
Los mítines de campaña están cancelados y en dos semanas debería celebrarse el próximo debate presidencial.
El habitual mensaje del presidente, de que la nación está «dando la vuelta» a la pandemia, se ha visto socavado por su propia enfermedad.
Hace solo dos días, durante el primer debate, Trump menospreció al oponente demócrata Joe Biden por usar con frecuencia mascarillas y no dar mítines de campaña del mismo tamaño que los suyos.
Ahora, la Casa Blanca y la campaña tendrán que responder por qué el presidente adoptó una actitud aparentemente tan arrogante, y cuántos altos cargos en la Casa Blanca pueden haberse vistos expuestos.