El hombre es vecino de Algemesí, municipio de la Comunidad Valenciana (España) y ese domingo iba acompañado por un grupo de ciclistas por una de las rutas más usadas por los aficionados del deporte para montar por la Ribera Alta y Baixa.
Según medios locales el hombre se habría tragado la abeja mientras manejaba su bicicleta y cuando esta la picó tuvo una reacción alérgica al veneno del insecto provocando la parálisis.
El hombre fue socorrido por los otros ciclistas pero comenzó a presentar problemas para respirar muy rápidamente y aunque los servicios de emergencia llegaron lo más rápido posible para atender al hombre, poco pudieron hacer.
La Policía local también hizo presencia en la escena, comprobando que cuando llegaron las unidades de paramédicos que intentaron salvar la vida del ciclista, ya este había entrado en paro cardiorespiratorio y los esfuerzos por reanimarlo con diferentes maniobras de emergencia fueron insuficientes para conseguir que pudiera volver a respirar normalmente.
El hombre finalmente murió antes de ser trasladado a un centro médico.
Así parezca mentira los incidentes graves para la salud causados por picaduras de abejas son más comunes de lo que se podría pensar. Muchas veces terminan produciendo una afectación muy grave o potencialmente mortales porque la mayoría de las personas desconocen que tienen alergia al veneno de estos insectos y al topárselos en lugares inesperados donde suelen construir panales, causan picaduras que pueden complicarse.
En la Comunidad Valenciana, donde ocurrió el incidente mortal del ciclista, hace poco menos de dos años se había presentado un hecho similar, cuando un vecino de Moncada, otro municipio, falleció tras sufirir la picadura de una abeja.
Este hombre tenía 52 años y fue picado en el cuello cuando se encontraba trabajando en el campo, en una zona cercana a unas colmenas de abejas. Cuando el insecto lo picó, se desplomó a causa de un paro cardíaco como reacción alérgica del veneno.
Los agricultores suelen ser los más afectados por los encuentras con estos insectos, siendo víctimas recurrentes de picaduras mortales. En 2017, por ejemplo, otro hombre de 57 años, esta vez habitante de Burriana, murió tras recibir varias picaduras de avispas en el cuello y la cabeza. Era un trabajador del sindicato de riegos del pueblo y fue picado mientras realizaba labores de limpieza en unas acequias del pueblo.
En 2016 sucedió otro incidente cuando un hombre de 81 años que trabajaba en el campo de Massamgrell murió a causa de varias picaduras de abejas.
Si bien no es tan extraño que pasen estas muertes si es una muy mala fortuna pues las abejas o las avispas no es que posean un veneno de por sí letal, la persona debe ser alérgica para exponerse a la muerte, como lo era, sin saberlo, el ciclista de esta historia