EFE
Santo Domingo, RD
La Declaración de Santo Domingo con la que culminó la XXVIII Cumbre Iberoamericana sentó bases para afianzar la comunidad conformada por los veintidós países de esta región.
Así lo señaló al finalizar el encuentro el titular de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), el chileno Andrés Allamand, para quien la Declaración de Santo Domingo «implica mantener Iberoamérica como espacio privilegiado para el diálogo, la articulación política, el consenso y la cooperación».
Allamand destacó que el documento, cuyo detalles se terminaron a afinar y concretar hasta última hora, cimenta y refuerza «tres pilares fundamentales», entre ellos la generación de derechos, la creación de oportunidades y la incorporación de nuevos actores.
Bajo esos principios se aprobaron dentro de la Declaración de Santo Domingos los cuatro instrumentos sobre los que se había construido esta cumbre, la primera de carácter presencial tras la irrupción de la pandemia.
Así, el documento culminante de los debates abarcó una carta medioambiental iberoamericana, una carta de principios y derechos digitales, un marco para el diseño de una nueva arquitectura financiera y una ruta para una seguridad alimentaria inclusive y sostenible.
El esquema financiero fue el que más labor llevó para consensuar entre los participantes, que abogaron por una reforma estructural de las condiciones de financiamiento internacional para ampliar el acceso de los países de renta media y baja a recursos financieros para el desarrollo sostenible.
El texto subrayó la necesidad de contar con instrumentos financieros innovadores, con condiciones que faciliten el endeudamiento sostenible para mitigar los efectos del cambio climático y la adaptación al mismo.
CRECEN OBSERVADORES DE IBEROAMÉRICA
En línea con la incorporación de nuevos actores, se aprobó la admisión de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) en calidad de observador consultivo de la Conferencia Iberoamericana.
Con ello, el bloque de veintidós países refuerza a un grupo de dieciocho organismos internacionales y multilaterales de alto nivel y doce países de todos los continentes (observadores asociados) que ya eran observadores del bloque iberoamericano.
Para Allamand, estos acuerdos demuestran «una unidad que no se resquebraja ante las diferencias».
PAUTAS DE COOPERACIÓN
La Declaración de Santo Domingo también aprobó al más alto nivel político el tercer Plan de Acción Cuatrienal de la Cooperación Iberoamericana (PACCI) 2023-2026.
Este documento está enfocado en fortalecer la acción de la cooperación regional con nuevas áreas para acelerar el cumplimiento de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible, a sólo siete años de cumplir su plazo de implementación.
En este sentido, los líderes iberoamericanos destacaron el potencial estratégico de la cooperación iberoamericana para promover las relaciones con otras regiones y crear sinergias con más actores de la cooperación internacional.
COMPROMISO CON IGUALDAD DE GÉNERO
De igual forma, la Declaración ratificó el compromiso de sus integrantes por la «transversalización» de la igualdad y la equidad de género, así como la inclusión de la perspectiva de género en todos los acuerdos alcanzados en la presente cumbre.
Asimismo, contiene dieciséis comunicados referentes también a cuestiones diversas como la reivindicación de Argentina sobre las Islas Malvinas, la transición energética, promoción del bilingüismo entre el español y el portugués.
También hay apelaciones colectivas al desarrollo de países sin litoral, la recuperación turística, el uso tradicional del masticado de hoja de coca, que promueve Bolivia; la sostenibilidad de los océanos y las relaciones de afinidad entre Iberoamérica y la Unión Europea (UE).