Lina Paulino.
SANTO DOMINGO.-Es innegable que en este tiempo de globalizacion, y modernizacion, se hace inprescindible el uso de los recursos de comunicaciones tecnologicas, digase internet, cable, telefonos etc. En las áreas social, economica, cultural, en fin todo en la vida del ser humano esta conectada casi de manera obligatoria a la apertura de las redes, por diversas razones.
En tal sentido, no se puede negar, y es voz populi, que el servicio de las telecomunicaciones en nuestro pais es el mas costoso de casi toda America Latina y el mundo, muy a pesar de que somos un pais en vía de desarrollo y con una poblacion en su mayoria de clase media baja.
Sin embargo, lo que si es una realidad, que los abusos que cometen tales empresas son cada vez mayor, sin que hasta el momento hayan medios efectivos donde el consumidor encuentre proteccion y ayuda ante tal situaciôn. El pueblo se presenta indefenso ante un dragon que consume todo, sin que nadie pueda denunciarlo, porque los medios de comunicacion estan a su servicios.
Ante tales afirmaciones, muchos diran que las leyes estan ahi, pero bien he sabido que este pais no se cumplen, y muchos son los que luego de años de espera, han perdido la esperanza de que sus quejas seran atendidas en e Instituto Nacional de las Telecomunicaciones.
Aumentos desmedidos, exibicion de las deundas a traves de la pantalla, violando tu privacidad, corte de minutos en un tiempo cada vez menor, sin previo aviso, tardanza en las reclamaciones, y ademas con un precario servicio personalizado, ya que por lo general el cliente es atendido por una maquina que le dice lo que tiene que hacer sin que este pueda expresarse, solo son partes de las injusticias.
No obstante, soy de los pesimistas, que no ven una solucion inmediata a esta situacion, debido a que ellos y nosotros sabemos la importancia de este servicio, sin embargo de mi parte aunque pudiera ser insignificante mi gastos en ese sentido, reducire al maximo la utilizacion de los mismos, buscando nuevas alternativas y exigiendo con mi retiro de las grandes empresas de las telecomucaciones, el cese de los abusos.