Roberto Valenzuela
SANTO DOMINGO.-Antes de desarrollar cualquier idea sobre el tema, hay que dar todo el crédito por la profesionalidad y la responsabilidad de la comisión técnica, que encabezó el geólogo Osiris de León; y estableció como “no urbanizable” y descarta la posibilidad de construir viviendas en el proyecto Domingo Savio. Advirtió que aventurarse a hacer allí un asentamiento humano pone en peligro de muerte sus ocupantes.
Me alegró el informe de los expertos, pues cuando escuchaba a algunos dirigentes comunitarios –unos por desconocimiento, otros por “avivatos” – decir que la iniciativa incluía viviendas, dije que sería una locura que no cabe en cabeza de nadie que desde el Estado se construyan casas a la orilla o en la margen de un río. Lo decían nuestros abuelos: “lo del río es del río y lo reclama tarde o temprano y lo cobra con intereses” a un costo de muertes de vidas inocentes.
Ojalá que en todas las obras que en lo adelante ejecutará el Estado se haga una planificación adecuada y se ponga en manos de expertos el estudio de suelo. Con su diagnóstico le salvan la vida a quienes pudiesen habitar estos lugares.
Sin embargo, una aclaración oportuna es que en ningún momento el presidente Danilo Medina prometió la construcción de un proyecto habitacional (casas, edificios) en el lugar. Ocurre que soy de la zona y estoy dando seguimiento desde que el Presidente fue al lugar en “visita sorpresa” y en su conversación con moradores y dirigentes comunitarios no hizo tal promesa.
El mismo Osiris de León negó que el gobernante prometiera construir viviendas; y si se revisa el video comprobarán que, por el contrario, Medina advierte sobre los peligros de vivir en el lugar y las razones que obligan a la gente a residir a la orilla o en el cauce de un río.
Desde un principio el plan del Presidente fue, precisamente, lo que dijo la coordinadora de la Unidad para la Readecuación de la Barquita y Entorno (URBE), Patricia Cuevas, de que el proyecto Domingo Savio se ejecuta con la visión de conectar la zona con el resto de la ciudad, hacer de ellos un ejemplo de orden, seguridad y buena convivencia comunitaria. Informó que el proyecto sigue su curso normal y que lo único que se descarta es la construcción de viviendas.
El discurso
En su discurso del pasado 27 de febrero, el presidente Medina dijo lo siguiente: “Nos hemos propuesto abrir el barrio, conectarlo con el resto de la ciudad. Hacer de él un ejemplo de orden, seguridad y buena convivencia comunitaria. Para lograrlo, primero serán liberados los espacios necesarios para garantizar la buena circulación. La etapa siguiente consistirá en un correcto alumbrado, alcantarillado. Luego, se construirán parques, escuelas y estancias infantiles. Liberaremos, por último, la zona vulnerable a la inundación y la devolveremos al río”.
Lo que ocurre es que, como ya me he quejado en artículos anteriores en este diario, la gente cree que un gobernante es un dios que todo lo puede (hasta secar los ríos Ozama e Izabela) y se crean falsas expectativas.
Proyecto modelo
Hay que señalar que el éxito de La Barquita como un proyecto modelo renovó los ánimos, pero la iniciativa de dignificación de los moradores, saneamiento, recuperación de las márgenes de los ríos Ozama e Isabela no es nuevo. Es de cuando los presidentes Joaquín Balaguer, Hipólito Mejía y Leonel Fernández. Este último inició un proyecto de extensión de la avenida del Puerto (la Caamaño) hasta el puente Francisco J. Peynado, en el sector La Zurza. En dirección norte-sur, la avenida tiene más de un kilómetro. En el lado contrario, por sectores como Gualey, también la carretera tiene un trecho largo. Yo llegué a hacer reportajes de la zona y vi que para el relleno de la vía se utilizaba la tierra y otros materiales que sacaban de la construcción del Metro de Santo Domingo.
Entonces, no tiene lógica que se dijera que Medina se embarcaría en la construcción de viviendas si el anterior gobierno de su mismo partido estaba desalojando y saneando la zona para hacer un corredor turístico-ecológico.
Sabemos que no es fácil “bregar con gente” en un país como el nuestro, pero confiamos en el éxito del proyecto Domingo Savio en los sectores La Ciénega y Los Guandules. Esperamos que el señor Presidente y las altas instancias del Gobierno ofrezcan todo su apoyo logístico y económico a los responsables de la obra, a fin que sea un proyecto modelo como La Barquita. Y luego que se extienda por las denominadas zonas vulnerables, vivimos en la misma ruta de los huracanes, además de los otros fenómenos naturales.