REDACCIÓN.-Aunque muchos jóvenes y no tan jóvenes se ofenden y atribuyen al atraso mental y hasta a un tipo de fobia los señalamientos en algunos medios por las extrañas apariencias de ciertos sujetos que gustan del color negro y los crucifijos, se aíslan de la sociedad y gustan de juntarse con otros tipos similares de conductas apartadas del común donde practican sexos «colectivamente» y admiten solo a «iniciados» en sus círculos íntimos, la realidad es que no están desorejados quienes con razón ubican en sectas o pandillas satánicas a los sujetos que forman parte de esos grupos de prácticas extrañas y bizarras.
Es cierto que las apariencias engañan, pero también es un hecho que de «cualquier yagua vieja puede salir tremendo alacrán». Cierta juventud de estos tiempos se creen los dueños absoluto del tiempo y del espacio y no tienen la más mínima capacidad ni para controlar sus emociones. Muchas veces, por no decir siempre, recurren a las drogas para dominar su ego y «vivir su mundo».
Sólo hay que observar las raras apariencias del acusado de matar a tres menores de edad y a su mujer, embarazada de acuerdo con vecinos, quien puede verse abrazando y recibiendo un beso de quien luego sería su víctima. Él, con una sonrisa diabólica, muestra unos ojos «endiablados», como copiados de las miradas satánicas del famoso intérprete de música heavy metal- o metálica, Marilyn Manson, quien en su mundo delirante ha confesado ser seguidor del asesino en serie Charles Manson y de la controversial actriz Marilyn Monroe.
En esta fotografía puede observarse a Víctor Alexander, autor de la muerte de su mujer-quien lo besa- y del bebé que llevaba en su vientre junto a tres inocentes niños que convivían juntos en la vivienda donde se cometió tan abominable crimen. El criminal, autodenominado como Chaman Chacra en su mundo satánico, fue apresado por la Policía Nacional dentro de una cueva en el Mirador Sur, de la capital dominicana.