MANAGUA, Nicaragua.-Las protestas contra las reformas al seguro social en esta nación centroamericana se han convertido en una ola de saqueos contra tiendas y negocios privados con un saldo este domingo que ya alcanza las 30 personas muertas en medio de la vorágine violenta que ya lleva varios días. De último minuto, el Presidente Daniel Ortega anunció la anulación de las reformas que sirvieron de motivos para las protestas en todo el país.
Un reporte urgente del diario español El País sostiene este domingo que Ortega anunció la retirada de la reforma de la Seguridad Social que ha provocado una treintena de muertos en los choques con el las autoridades
DETALLES
Un despacho de la agencia estadounidense (AP) reseña que docenas de tiendas en Managua, capital de Nicaragua, han sido saqueadas, mientras las protestas y disturbios contra las reformas del gobierno al Seguro Social continuaban el domingo. Grupos de derechos humanos informaron que al menos 30 personas han muerto en varios días de enfrentamientos.
Imágenes transmitidas por medios de comunicación locales mostraron las tiendas saqueadas en el extenso distrito oriental de la ciudad, incluido un Walmart.
La policía aparentemente no intervino, en contraste con lo que ha sido una fuerte respuesta a las manifestaciones, en las cuales decenas han resultado heridos o han sido detenidos.
Los medios de comunicación controlados por el Estado, culpan a los manifestantes de los saqueos, mientras los críticos especulan que se han permitido para presionar al sector empresarial, el cual ha fijado condiciones para sostener negociaciones con el gobierno, incluido poner fin a las medidas severas.
“Podría creerse que se está promoviendo desde el gobierno (el saqueo) para hacer presión a la empresa privada y que cedan al diálogo sin que se pare la violencia y el costo puede ser muy alto”, añadió Otero.
Desde el Vaticano, el papa Francisco manifestó que está “muy preocupado” por lo sucedido en Nicaragua y se unió a los obispos para pedir que cese toda violencia.
Los disturbios estallaron en respuesta a la labor del presidente Daniel Ortega para reforzar el aquejado sistema de Seguro social con una combinación de beneficios reducidos e impuestos más altos. Parecen haberse extendido para incluir reclamos antigubernamentales más amplios.
Ortega dijo el sábado que acordaría negociar sobre las reformas al Seguro Social para que no haya más “terror para las familias nicaragüenses”, pero indicó que las discusiones serían únicamente con líderes empresariales.
También pareció tratar de justificar lo que ha sido una severa respuesta del gobierno y grupos aliados, al acusar a los manifestantes, en su mayoría jóvenes estudiantes universitarios, de ser manipulados por los intereses políticos de “unas minorías” no especificadas y por estar infiltrados por pandilleros.
“Esto que está aconteciendo en nuestro país, no tiene nombre. Los muchachos que ni siquiera saben el partido que los están manipulando”, sostuvo Ortega. “Incorporan a pandilleros a las protestas de los muchachos y criminalizan las protestas; por eso los ponen en riesgo”.
Tales declaraciones parecieron atizar el fuego, al provocar que miles de personas salieran nuevamente a las calles en siete ciudades, entre ellas Managua.
El sábado, el periodista Ángel Gahona estaba transmitiendo en vivo a través de Facebook las protestas en la ciudad sureña de Bluefields cuando murió baleado. Al menos otras 25 personas han muerto desde el miércoles, de acuerdo con el Centro de Derechos Humanos de Nicaragua, aunque el gobierno solo había confirmado nueve.
“Estamos en las calles pidiendo a Ortega y a su esposa que se vayan. Esto ya fue más allá del tema de Seguridad Social. Ha habido muertos, heridos y él ni siquiera se disculpa por sus asesinatos o por la despiadada represión contra la gente”, dijo Mauri Hernández, uno de los miles de manifestantes en la rotonda central.