«Camaradas, ahí voy… casi nos juntamos!!»

TRINCHERA DIGITAL.-Miles de brasileños esperan a Lula frente a la cárcel de donde tendrá que ser liberado de un momento a otro luego de que un juez ordenara su inmediata libertad en virtud de una decisión del Supremo Tribunal de Justicia de Brasil este viernes. En esta nación suramericana la gente ha salido en caravana a las calles y en plazas y avenidas de sus ciudades o estados existe un ambiente de algarabía y de manifestaciones celebrando la liberación del líder del Partido de los Trabajadores, Luiz Inacio Lula Da Silva. La cadena Telesur mantiene una transmisión especial y en directo desde los alrededores de la cárcel de Curitiba, donde lleva tras las rejas más de 500 días el icónico dirigente metalúrgico y ex presidente Lula. Las masas portan banderas y pancartas a la espera de su líder, mientras que un cordón militar se mantiene cerca y a la expectativa.

DETALLES

El diario El País reseña que un juez ha ordenado este viernes la liberación de Lula da Silva. El expresidente de Brasil, que lleva 19 meses encarcelado por corrupción y al que la justicia impidió concurrir a las últimas elecciones, va camino de volver a pisar la calle. La decisión del magistrado llega un día después de que el Tribunal Supremo decidiera por la mínima, seis a cinco, revocar un criterio establecido hace tres años —y crucial en las investigaciones de Lava Jato—, de modo que ahora los condenados solo entrarán en prisión cuando la sentencia sea firme, no tras la condena en segunda instancia. El fallo abre la puerta a la excarcelación de 4.895 reclusos, incluido el más famoso de Brasil, Lula, de 74 años.

La repercusión política es inmensa. La expectación era enorme en el muy polarizado Brasil. Lula, y colateralmente el Partido de los Trabajadores, es el asunto que más divide a sus compatriotas, se le ama o se le odia. No deja a nadie indiferente. El presidente Jair Bolsonaro se ha guardado por ahora su opinión, la única referencia indirecta que ha hecho es alabar los logros en el combate anticorrupción de su ministro de Justicia, Sérgio Moro, el primer juez que condenó a Lula, su gran rival político.

Como en Brasil las deliberaciones del Tribunal Supremo son públicas y televisadas, la ciudadanía siguió en directo durante las últimas semanas los argumentos y la votación de cada uno de los 11 magistrados del Supremo. La tensión llegó a niveles récord cuando el voto del décimo magistrado supuso un empate. Cinco contra cinco. El presidente del Supremo, Antonio Dias Toffoli, tenía la última palabra. Inclinó la balanza a favor de Lula y del resto de los reos. Una decisión que ha permitido que este viernes el juez Danilo Pereira Júnior ordenase la liberación del expresidente.

La decisión de la justicia era inminente, por lo que algunos líderes del Partido de los Trabajadores ya se encuentran en Curitiba a la espera de la excarcelación. En los alrededores de las instalaciones de la Policía Federal, un grupo de seguidores del expresidente se ha congregado este viernes en apoyo a Lula, donde se ha montado un campamento bajo el nombre de “Lula Livre”. Mientras los fieles que hacen guardia ante la comisaría desde abril de 2018 esperan para recibirle, los movimientos anticorrupción han convocado marchas de protesta para este sábado.

Condenado por un segundo caso, Lula tiene otros pendientes con la justicia y está a la espera de que el Supremo resuelva un recurso. Tras la audiencia de este viernes, los abogados fueron cautos con los plazos, pero aseguraron que pidieron la mayor celeridad. Con una nueva pareja tras enviudar antes de entrar en la cárcel, hay todo tipo de especulaciones sobre lo que podría hacer cuando recupere la libertad.

El exmandatario, que abandonó el poder con altísimas cotas de popularidad por haber sacado a millones de brasileños de la pobreza, está condenado en segunda instancia a ocho años por corrupción por haberse beneficiado de unas obras realizadas por una constructora en un apartamento que frecuentaba. En un caso similar está condenado en primera instancia a otros 11 años. Él sostiene que es víctima de una caza de brujas en el marco del macrocosmo Lava Jato que reveló sobornos masivos en Brasil y el resto del continente y ha supuesto el encarcelamiento de muchos de los políticos y empresarios más poderosos de Brasil. Los abogados de Lula apremiaron el jueves al Tribunal Supremo a resolver un recurso de habeas corpus en el que acusaron de parcialidad al entonces juez Sérgio Moro, y por eso reclamaron la nulidad de todo el caso.

El exmandatario, que abandonó el poder con altísimas cotas de popularidad por haber sacado a millones de brasileños de la pobreza, está condenado en segunda instancia a ocho años por corrupción por haberse beneficiado de unas obras realizadas por una constructora en un apartamento que frecuentaba. En un caso similar está condenado en primera instancia a otros 11 años. Él sostiene que es víctima de una caza de brujas en el marco del macrocosmo Lava Jato que reveló sobornos masivos en Brasil y el resto del continente y ha supuesto el encarcelamiento de muchos de los políticos y empresarios más poderosos de Brasil. Los abogados de Lula apremiaron el jueves al Tribunal Supremo a resolver un recurso de habeas corpus en el que acusaron de parcialidad al entonces juez Sérgio Moro, y por eso reclamaron la nulidad de todo el caso.