SANTO DOMINGO. El 1er Congreso Nacional de Cine, celebrado entre el 23 y 24 de marzo en el Centro de Convenciones del MiRex, fue un éxito. Apúnteselo Yvette Marichal y su equipo.
Quizás debido al secreto con el que fue organizado, y a las consabidas reservas sobre su éxito, el congreso se convirtió en una grata sorpresa.
A pesar de la ausencia del ministro de Cultura, Pedro Vergés en la inauguración, y del expresidente Leonel Fernández en la clausura, la cita desbordó las expectativas de los propios organizadores, y el salón previsto inicialmente para unas 200 personas, tuvo que ser ampliado al doble, y ya se piensa que para la segunda edición, se seleccione un salón con capacidad para mil personas.
Más allá de la Ley de Cine
Si bien el leit motiv del evento fue la Ley del Fomento de la Actividad Cinematográfica, y el primer y último paneles estuvieron dedicados a analizar la misma, el centro estuvo equilibrado en el cine como arte. Algunos productores aprovecharon para presentar sus proyectos. Hubo una pequeña área dedicada al mercado, o a lo que en el futuro será mercado, para lo cual quieren convocar a Puerto Rico y Cuba.
La evidente mayoría de jóvenes estudiantes o ya realizadores de cine, le impregnó una mirada esperanzadora a lo que ha comenzado a suceder con el cine dominicano más allá de la frontera: el sábado mismo Carpinteros, de José María Cabral, ganó un premio en el Latin Film Festival de Toulouse, en Francia. Sambá, de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas competirá en la Sección Oficial del Festival de Tribeca, entre el 19 y el 30 de abril. El sitio de los sitios, de Natalia Cabral y Oriol Estrada, ha pasado por varios festivales, Caribbean fantasy ganó, entre otros, el Coral del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
¿Cine comercial y cine de autor?
Si algo quedó evidenciado en el congreso fue que a la existencia de la Ley y al desarrollo de la industria cinematográfica le son tan importantes –amén de los desencuentros entre unos y otros– el cine erróneamente llamado de autor y el cine comercial, en un panel donde participaron Bladimir Abud, Pinky Pintor y Alfonso Rodríguez. Otro de los paneles versó sobre los derechos de autor y otro más sobre el cine y la marca país.
El periodista y crítico de cine José Rafael Sosa hizo un scanner interno sobre el papel de la crítica frente a la ley de cine en una muy bien argumentada investigación que valdría la pena profundizar más y convertir en un libro.
Pensar el cine
Quizás faltó dedicar un panel específico para la importancia del documental en el cine dominicano que se hace hoy.
Por último, el natural desencuentro entre creadores y analistas, -la crítica de cine-, afloró en más de una ocasión en los distintos paneles. Esto evidencia la necesidad -y aquí la recomendación- de realizar entre uno y otro congresos, un foro sobre Crítica y Pensamiento Cinematográfico, donde con respeto y altura, se analicen obras y caminos, propuestas y tendencias, críticos, directores y productores, junto a otros protagonistas. Si algo necesita el cine dominicano, además de público, es un corpus de pensamiento que le acompañe.
El congreso, no lo duden, fue un exitazo.