DETALLES
La declaración final, consensuada por los 22 países del bloque, solicitó «que el acceso, la compra y la distribución de las vacunas (…) sean universales» y se evite su «acaparamiento», en momentos en que América Latina sufre un nuevo embate de la pandemia.
En la sesión plenaria en Soldeu, población en este microestado europeo ubicado entre España y Francia, la mayoría de los líderes latinoamericanos intervinieron de forma telemática, y sus mensajes coincidieron: no llegan suficientes vacunas, claves para acabar con la pandemia y empezar la recuperación poscoronavirus.
«Los países ricos, que representan el 16% de la población, tienen el 54% de las vacunas, y tienen más de las vacunas que necesitan, es necesario que juntos levantemos la voz ante esta circunstancia», apuntó el presidente costarricense, Carlos Alvarado.
El acceso a las vacunas era el tema clave de esta reunión, a la que asistieron de forma presencial solo los presidentes de Guatemala y República Dominicana, y los jefes de gobierno de Andorra, Portugal y España, también representado por el rey, Felipe VI.
De los 19 presidentes latinoamericanos, declinaron intervenir los de Brasil, El Salvador, México, Nicaragua, Paraguay y Venezuela y fueron sustituidos por otros funcionarios.
Donación española
América Latina, segunda región más enlutada del mundo con más de 873.000 fallecidos y 27,4 millones de contagios (con el Caribe incluido), ha vacunado a menos del 10% de su población cuando registra récords diarios de muertes y contagios en varios países.
«La iniciativa Covax, aunque valiosa, es claramente insuficiente y debe ser potenciada», señaló el presidente argentino, Alberto Fernández, en referencia al mecanismo para distribuir vacunas a países con menos recursos, que ha sufrido retrasos y ha entregado solo tres millones de dosis a una región con más de 600 millones de habitantes.
Afirmando que «el acceso a la vacuna debe ser equitativo», el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció que su país donará al menos 7,5 millones de dosis a América Latina durante 2021.
El envío de las vacunas, que se entregarán a través del programa Covax, comenzará cuando España haya vacunado al 50% de su población, explicó Sánchez, lo que debe ocurrir en los próximos meses.
Venezuela
Aunque el tema sanitario unió a la región, Venezuela la dividió, con varios presidentes cargando contra el gobierno de Nicolás Maduro, quien fue representado por su vicepresidenta, Delcy Rodríguez.
El presidente de Colombia, Iván Duque, fue el más vehemente, al pedir a los gobiernos de Iberoamérica actuar para poner fin a la «dictadura» de Maduro, cuya legitimidad es cuestionada por buena parte de los países participantes de la cumbre.
«Es urgente que (…) veamos el fin de la dictadura, un llamado a elecciones libres y un gobierno de transición», dijo Duque, en un momento de tensión en la frontera entre los dos países, a raíz de combates que estallaron en marzo entre fuerzas chavistas y grupos armados.
También los presidentes de Perú y Uruguay criticaron a Caracas, mientras que el ecuatoriano Lenín Moreno lamentó que se haya permitido intervenir a Delcy Rodríguez, delegada de un gobierno «que no cumple ni la ética política ni el buen gobierno».
En su turno de palabra, la vicepresidenta venezolana pidió «excusas por voces menores de intolerancia» y cargó directamente contra Duque: «Es un terrible, patético facsímil del fracaso (…) para garantizar la paz al pueblo de Colombia».
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, acudió en defensa de Maduro, afirmando que no puede ser culpado de la aguda crisis económica del país «cuando se mantiene la aplicación de crueles medidas coercitivas unilaterales proyectadas y aplicadas por Estados Unidos».
Financiamiento
Pensando en la recuperación poscoronavirus en una América Latina que vio su PIB desplomarse un 7% en 2020 y sus indicadores en pobreza y pobreza extrema perder décadas de avances, la declaración de la cumbre solicitó fortalecer los organismos multilaterales de financiamiento, para permitir un «acceso justo e inclusivo a mecanismos innovadores y efectivos de financiación» para la región.
En un comunicado adicional, el bloque respaldó el aumento de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, que significarán casi 70.000 millones de dólares adicionales para América Latina, y planteó que los países desarrollados puedan ceder sus DEG a otras naciones más necesitadas.