TRINCHERA DIGITAL.-Era de confianza de la familia y acostumbraba «jugar» con la niña el monstruo que violó, descuartizó y luego la tiró al mar Caribe. En el sector Isabelita, en la parte este de la capital dominicana, todo el mundo advierte ahora que el tipo, el confeso asesino de la menor era «un tipo raro», pero nadie, ni la madre ni los demás familiares se percataron antes de que el llamado «panadero» estaba preparando el crimen.
DETALLES
Reseñas de prensa reportan desórdenes, quemas de gomas y pedreas en las proximidades de la avenida de Las Américas, donde brigadas de buzos y agentes de la Policía hacían esfuerzos por encontrar los restos de la niña, en el sitio que su verdugo confesó que tiró el cuerpecito, un área de bravas olas del mar Caribe, en la confluencia de las avenidas España y Las Américas, la tarde de este martes.
Una de las reseñas describe que momentos de dolor viven los familiares de la niña Liz María, luego que un vecino admitiera, según la Policía Naciona, haber estrangulado a la menor de nueve años y lanzado su cadáver al mar Caribe.
“Ella era mi vida, yo me quiero morir”, gritaba desconsoladamente Liselot García, mientras esperaba noticias de las autoridades que buscan el cuerpo de quien era su hija mayor.
En medio de la desesperación, Liselot le reclamaba a Dios por qué había permitido que su pequeña muriera de esa forma. “Dios, padre, por qué tú me das eso a mí, si tú sabes mi corazón, yo soy muy buena con todo el mundo. Yo no aguanto esto”, gritaba la mujer, que reside en el ensanche Isabelita, del municipio Santo Domingo Este, provincia Santo Domingo, junto a sus tres hijos y esposo.
Por el trágico hecho está detenido Esterlin Francisco Santos (el Panadero), quien frecuentaba la casa de la menor porque era amigo de sus padres, y residía en el mismo sector. El hombre, de acuerdo a una nota de prensa de la Policía, admitió que cometió el crimen porque sintió miedo a que la menor lo denunciara con sus familiares, ya que éste le había prometido comprarle un celular a cambio de que ella se dejara tocar, lo que constituye en delito de abuso sexual infantil.
“Él era muy amigo de nosotros, él iba allá a la casa y le dábamos comida, él trabajaba muchas veces con mi esposo. Él supuestamente le dijo a la niña que le iba a regalar un celular y la niña le dijo a mi mamá que ella iba a buscar el celular, pero a mí ella no me lo dijo. En la mañana cuando yo me levanté, la niña no estaba allá, y la niña le había dicho a todos los amiguitos que iba a buscar el celular por donde él”, dijo Liselot.
Los residentes en el ensanche Isabelita protestaron al mediodía de este martes para exigir justicia por el horrendo crimen.
Mientras algunos se unieron a la búsqueda del cadáver, otros quemaban gomas en la avenida Las Américas, lo que obstaculizó el tránsito en ambas vías por al menos una hora.
Además, quemaron el motor de Esterlin Francisco Santos, a bordo del cual desapareció el cuerpo de la niña.
Una cámara de seguridad captó el momento en que, a las 8:58 de la mañana del domingo 16 de agosto, la niña atravesó una verja para dirigirse a la casa del panadero.
Según el video, la niña jamás sale. Sin embargo, a las 11:23 de la mañana, Esterlin Francisco Santo salió por la misma verja, a bordo de un motor que tenía un canasto y contenía un saco.
Según un informe preliminar, el hombre dijo a la Policía que luego de estrangularla, entró el cuerpo de la niña en un saco lleno de piedras y la arrojó al mar Caribe, a la altura del kilómetro 14 ½ de la autopista Las Américas.