TRINCHERA DIGITAL.-El mas destacado hombre de la diplomacia estadounidense y responsable estratégico de la invasión de USA en Vietnam y el tristemente recordado golpe de Estado contra Salvador Allende, en Chile, murió este miércoles a los 100 años, el controversial Premio Nóbel de la Paz, Henry Kissinger quien además hay que anotarle a su dilatada carrera haber logrado las relaciones diplomáticas entre China Popular y los Estados Unidos en la gestión del otrora Presidente Richard Nixon -USA- y Mao Tse Tung -República Popular China-.
Kissinger, el diplomático de anteojos gruesos y voz grave fue quien dirigió operaciones anticomunistas en el continente americano que llevó al poder a regímenes dictariales como en Chile, Argentina y otras naciones bajo la Operación Cóndor.
Uno de los diarios que reseñan su deceso sostiene que con su presencia brusca pero imponente y su manipulación del poder tras bambalinas, Kissinger ejerció una influencia poco común en los asuntos globales bajo los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford, lo que le valió tanto el vilipendio como el Premio Nobel de la Paz. Décadas más tarde, su nombre todavía provocaba un apasionado debate sobre hitos de la política exterior del pasado.
El poder de Kissinger creció durante la agitación de Watergate, cuando el diplomático políticamente sintonizado asumió un papel similar al de copresidente del debilitado Nixon.
«Sin duda mi vanidad se despertó», escribió Kissinger más tarde sobre su creciente influencia. «Pero la emoción dominante era una premonición de catástrofe».
Judío que huyó de la Alemania nazi con su familia en su adolescencia, Kissinger cultivó en sus últimos años la reputación de respetado estadista, dando discursos, ofreciendo consejos a republicanos y demócratas por igual y administrando un negocio de consultoría global. Apareció en la Casa Blanca del presidente Donald Trump en múltiples ocasiones. Pero los documentos y cintas de la era Nixon, a medida que se filtraban a lo largo de los años, trajeron revelaciones, muchas en las propias palabras de Kissinger, que a veces lo arrojan bajo una luz dura.
Nunca sin sus detractores, Kissinger después de dejar el gobierno fue perseguido por críticos que argumentaban que debería ser llamado a rendir cuentas por sus políticas en el sudeste asiático y su apoyo a los regímenes represivos en América Latina.