Por Domingo Ureña: Qué pasa con los jóvenes de hoy? Reflexionemos

DOMINGO UREÑA

¿Qué pasa con los jóvenes de hoy?  Reflexionemos.

Santiago.- En la conmemoración del día Nacional de la Juventud, declarada en la ley 20-93 de fecha 27 de abril del 1993 y que reconoce la fiesta de San Juan Bosco, el llamado padre y maestro de los jóvenes. Un sacerdote católico italiano, educador y escritor, quien dedicó su vida al mejoramiento, desarrollo y la educación de los jóvenes de la calles, en condiciones de vulnerabilidad.

Los males que acechan a nuestros jóvenes en el día de hoy, por la falta de oportunidades, el seguimiento de las instituciones gubernamentales y ONG que con los recursos y herramientas en las manos no desarrollan los planes que proyectan en papales y presentan de manera mediática, pero que al final no lo desarrollan. Convirtiéndose en un engaño a la ciudadanía, por los recursos que manejan.

Domingo Ureña, definió como populismo las 4 leyes que rigen la protección a los jóvenes de nuestro país, que son Ley 49-00 que crea la Secretaria de Estado de la Juventud, como instancia rectora, responsable de formular, ejecutar, coordinar y dar seguimiento a las políticas públicas sectoriales en materia de juventud y la Ley 1-12, Estrategia Nacional de Desarrollo.

Además, Ley 20-93, que crea el Día Nacional y Premio Nacional de la Juventud,  La finalidad de la presente ley es propiciar el desarrollo integral de los y las jóvenes sin distinción de género, de religión, política, racial, étnica u orientación sexual y de nacionalidad. También la Ley 14-94, que crea el Código para Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.

El Reglamento para la aplicación de la Ley General de la Juventud No. 83402. El cual su Objetivo Principales es el promover el desarrollo integral en las y los jóvenes, formulando, coordinando, monitoreando y evaluando la Política Nacional de juventud y esto no se hace de ningunos de los departamentos del ministerio encargado para ejecutar dicha política.

Domingo Ureña además, expuso sobre los decretos Decreto 56-10 que cambia la denominación a las Secretarías de Estado a Ministerios y 2981 que crea la Dirección General de Promoción de la Juventud. Donde muchas palabras le adornan en el sentido de colaboración y apoyo al desarrollo de la juventud, pero todo se queda en los papeles y en los nombres de los funcionarios responsables de hacer las funciones establecida en los documentos que publican.

Los jóvenes deben dejar de verse como objetos de tratamiento o intervención, y asumirlos como actores principales de un problema que estas creciendo. Se le debe empoderar y ponerlo a participar para saber ¿Qué piensan? ¿Qué proponen?, ¿Cuáles son sus prioridades? A la pregunta, ¿qué pasa con los jóvenes hoy?, la respuesta no puede ser una fría descripción de sus características ni un minucioso análisis de sus problemas.

Más bien, debe ser una reflexión sobre cómo fortalecer y ampliar su poder y toma de decisiones. Hay un largo camino por recorrer en materia de empoderamiento de los jóvenes a escala nacional y regional. Ninguna institución del estado se hace responsable a crearle un espacio catalizador para la participación política, la libre asociación y el involucramiento comunitario. Sin embargo se limita su participación, por lo que hace necesario que se mantenga una real políticas públicas en materia de juventud y que se amplíe su alcance.

Según Domingo Ureña, la preocupación principal es que la generación del futuro es incierta, los jóvenes que están delinquiendo en la actualidad son aquellos donde la sociedad no le da espacio de arrepentimiento de sus errores, tampoco opción de insertarse al mercado porque la misma sociedad lo ha marcado como delincuente, o viste y se pela diferente, tiene parte de sus brazos lleno de tatuajes y por eso son excluidos de las oportunidades de trabajos y reuniones comunitarias.

Este es el momento donde el presidente Luis Abinader debes reunir los ministerios de la juventud, La Mujer, Del Trabajo, Deportes y planificación y desarrollo para realizar un plan dirigido a los jóvenes excluidos (o que desertaron) de las escuela y de la ocupación (que no estudian ni trabajan, la generación «ni-ni») los cuales son los más vulnerables en caer en las garras de la delincuencias y la drogadicción. Se trata de jóvenes con deseos de consumo y buscan la manera más fácil de conseguir sus ingresos.

Por ultimo Domingo Ureña, manifiesta que no es con represión ni condenarlo a muerte se solucionan el problema que padecemos. La participación de los jóvenes en actividades delictivas y violentas nos habla de un escenario de sentidos en crisis e instituciones incapaces y cómplices y no existe calidad moral para interpelar a los sujetos, es urgente reconocer que no hay mejor política de seguridad pública ni estrategia anticrimen que la inclusión social de los jóvenes que hoy pueblan nuestras calles. No hay que recortar gastos, hay que ampliarlo para ellos.