Testigo del Tiempo
Carta al Canciller Carranza
J.C. Malone
ESTADOS UNIDOS, Nueva York.-Canciller Richard Carranza, Ud. arrancó bien denunciando la segregación en nuestro sistema de educación.
Señalar las admisiones en las escuelas élites neoyorquinas como ejemplo de segregación, sin embargo, parece una distracción.
La principal y más corrosiva segregación que sufrimos es curricular.
La Coalición para Justicia Educativa (Coalition for Educational Justice) desnudó en un reporte la descarnada segregación curricular.
El 90 por ciento de los textos son escritos por blancos sobre gente blanca, los estudiantes blancos son sólo el 15 por ciento. Solo el 10 por ciento de los libros son escritos por afroamericanos, latinos o asiáticos, ellos son 85 por ciento del estudiantado.
Nuestros estudiantes afroamericanos y latinos, desertan porque no conectan con el cirrículo, dos ejemplos del siglo pasado lo ilustran bien.
Alan Greenspan, judío blanco de Washington Heights y Harry Belafonte, negro jamaiquino de Harlem, estudiaron en la George Washington High School.
Greenspan, estudiante destacado, presidió la Reserva Federal por 20 años, bajo cuatro presidentes. Belafonte desertó de la escuela, convirtiéndose en la superestrella que es.
Greenspan conectó con el currículo diseñado por blancos, para niños blancos implementado por maestras blancas. Belafonte desertó, nada en el currículo reflejaba nada suyo.
Hoy en la George Washington High School el 90 por ciento de los estudiantes son dominicanos, sigue el mismo currículo, nada refleja nada que sea dominicano.
Nuestros estudiantes afroamericanos y latinos desertan, como Belafonte, porque padecen de “invisibilidad contextual”, como dicen los expertos, son invisibles en el contexto curricular.
El currículo no refleje la población estudiantil, viola sus derechos civiles. Nada es más poderoso que una idea cuando su tiempo ha llegado, es tiempo de democratizar el currículo.
Canciller Carranza, tome por los cuernos al toro de la segregación curricular, ábrale las puertas de un futuro mejor a nuestros niños y niñas, democratice el currículo.