Testigo del tiempo
Trump: “Atrapado sin salida”
J.C. Malone
ESTADOS UNIDOS, Nueva York.-Las investigaciones, como los buenos personajes de ficción, adquieren vida propia, por eso los investigadores y escritores siguen pistas y personajes, ignorando cómo, cuándo o dónde terminarán.
Son como expediciones de pesca, tiras el anzuelo, si no pican, cambias carnada, vas otro lado, a dónde tengas que ir buscando los peces.
Investigadores, escritores y pescadores deben encontrar algo; el policía que no encuentre delincuentes queda desempleado.
Kenneth Starr, entró por los bolsillos de Bill Clinton, y salió por la bragueta con Monica Lewinsky, acusó al presidente de perjurio, no de corrupción, algo encontró.
La investigación sobre Rusia y el presidente Donald Trump tomó un inesperado y escalofriante giro.
El FBI “se tiró” en la casa, oficina y suite hotelera del abogado de Trump, Michael Cohen, confiscaron documentos y computadoras.
Para allanar a un abogado, altos funcionarios judiciales deben aprobarlo, y todos aprobaron allanar a Cohen.
Como abogado, Cohen es el plomero que hace los trabajos sucios de Trump, sus archivos deben estar repletos de nauseabundas porquerías que el presidente preferiría esconder.
El fiscal independiente, Robert Mueller, instrumentará cargos criminales contra Cohen obligándolo a delatar a Trump. Y busca pruebas de que compraron el silencio de la actriz porno Stephanie Clifford, (Stormy Daniels), con fondos de la campaña, eso es lavado de activos.
Cohen es el tercer hombre de Trump en manos de Mueller.
Paul Manafort, ex jefe de campaña y Michael Flynn, ex Asesor de Seguridad Nacional, ya enfrentan cargos criminales. Todos pueden morir en la cárcel, si no delatan a Trump.
Perdonando a Scooter Libby, colaborador del ex presidente Dick Cheney, condenado por delitos de seguridad nacional y mentirle al FBI, simbólicamente Trump dice: “no me delaten que los perdonaré”.
En pocas semanas Mueller le informará al Congreso los avances de su investigación, Trump está acorralado
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