Testigo del Tiempo
2022: nadie controlará nada.
J.C. Malone
ESTADOS UNIDOS, Nueva York.-Los bancos centrales estadounidense, británico y de la Unión Europea, infructuosamente luchan sin lograr contener la galopante inflación.
Ómicron obligó a Holanda, donde primero se detectó la variante, a cerrar todas sus operaciones no esenciales hasta mediados de enero.
El Concilio Supervisor de la Estabilidad Financiera, advirtió formalmente que el cambio climático podría desestabilizar las finanzas mundiales.
Estas dificultades terminarán con el 2021, serán los principales desafíos iniciando el próximo 2022.
El derrumbe de las recaudaciones fiscales con la parálisis económica impuesta por la pandemia, mas la inflación, pinta un horizonte nada halagüeño.
La mayoría de los gobiernos del mundo, tras casi dos años subsidiando sus poblaciones, tienen entre muy poca y ninguna reserva económica, las recaudaciones fiscales se derrumbaron.
Cualquier intento de relanzar la economía por métodos convencionales solo servirá para acelerar las dificultades del cambio climático.
Pandemia, inflación y cambio climático controlarán el año 2022.
La alcaldía de Londres declaró el Ómicron como un “Incidente Mayor” eso significa que los servicios médicos, hospitalarios y de emergencia “pueden no ser garantizados” a la población.
Literalmente admiten que no podrán enfrentar la demanda de servicios.
El gobierno de Holanda ordenó que todas las tiendas no esenciales, bares, restaurantes, gimnasios, escuelas y actividades deportivas o culturales cierren desde éste Domingo hasta “por lo menos” mediados de enero.
Recordemos que con miles vuelos diarios entre Europa y Estados Unidos lo que pasa en un lugar, unidos por ese Puente aéreo, instantáneamente esta en el otro lugar. La nueva ola europea no tardará en llegar a Estados Unidos.
Aunque nadie lo haya planteado, la inflación y carestía pueden ser reflejos del colapso de “Evergrande”, el gigante inmobiliario chino, en la globalización, todos estamos conectados, salpicados.
El colapso de Lehman Brothers en Wall Street iniciando el otoño del 2008, tuvo consecuencias globales, el colapso de “Evergrande” en China terminará salpicando todo el planeta.
Todas estas crisis simultáneas, en cascadas y retroalimentándose, el 2022, el tercer año de la pandemia, puede ser un período de grandes desafíos.
Y nadie controlará nada.