Testigo del Tiempo
Aceptemos la propaganda occidental
J.C. Malone
ESTADOS UNIDOS, ONueva York.-El presidente Ruso, Vladimir Putin, es un engendro demoníaco.
Es un kleptócrata, eso lo creo, porque cuando una banda de kleptócratas gobernó mi país, aumentaron las inversiones rusas y vuelos regulares hacia Rusia.
Putin es loco, obsesionado con retornar al Imperio Ruso, es megalómano, y asesino a sangre fría. Si todo esto es absolutamente cierto, entonces debemos cuestionar la salud mental de los dirigentes europeos y estadounidenses.
Quien arme a un comediante (Zelensky) para guerrear contra un loco desquiciado (Putin) arriesgando la paz mundial, será el único responsable del desenlace final.
En ningún manual de salud mental recomiendan emboscadas pasivo-agresivas, acorralar ni provocar a los locos.
Si alguien mata a varias personas y su abogado demuestra que es loco y fue provocado, descargan al loco y condenan al “cuerdo” provocador. Quien acorrala a un loco, es el único responsable de lo que pase, el enfermo siempre será inocente.
Quienes tienen el peor grado de locura, entonces, son los pueblos europeos y estadounidenses, que eligen dirigentes que se dedican a emboscar, acorralar y guerrear con locos.
Putin tomó la iniciativa de invader Ucrania, él es responsible de lo que ocurre, pero la cuestión no empezó el día de la invasion.
Empezó mucho antes, y un buen punto de referencia es abril del 2008, en una conferencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En esa conferencia,en Bucarest, Rumanía, el ex presidente George W. Bush instó a la OTAN a anunciar el ingreso de Ucrania y Georgia.
Desde entonces, el propio secretario de Defensa de Bush, Robert Gates se opuso a la propuesta. También se opusieron la canciller alemana Angela Merkel, y el presidente francés Nicolás Sarcozy.
La propaganda occidental es europea, parece hecha en Suiza, porque tiene más agujeros que el mejor queso suizo.
Y aumentan las posibilidades de que esta guerra envuela OTAN y todas las potencias militares de la tierra.