Testigo del Tiempo
Los hijos de vicepresidentes
J.C. Malone
ESTADOS UNIDOS, Nueva York.-Con George Bush padre como vicepresidente de Ronald Reagan, su hijo George W. hizo inversiones petroleras millonarias en Kuwait.
Sadham Hussein las vio como una amenaza a la seguridad y los intereses iraquíes, e invadió Kuwait. Como presidente, Bush padre respondió con la primera Guerra del Golfo.
Cuando Joe Biden era vicepresidente de Barack Obama, su hijo Hunter hizo millonarios y dudosos negocios en Ucrania.
Con Biden presidente, tenemos guerra en Ucrania, donde Hunter hizo sus negocios, como guerreamos por Kuwait, después que Bush hijo hiciera los suyos.
Si no se conectan estas guerras con aquellos negocios, sólo significa eso, que no los conectan, pero no implica, sugiere ni infiere que no tengan relación.
La verdad es la primera víctima de todas las guerras, no debemos creer ninguna explicación oficial, porque históricamente, inventan mentiras para ocultar las verdaderas razones.
Transcurrieron cinco o siete años entre los negocios de los hijos vicepresidenciales y las guerras. Al final del segundo gobierno de Reagan, Bush hijo negoció en Kuwait, la guerra vino al final del único gobierno de Bush padre.
Hunter negoció en Ucrania al final del segundo gobierno de Obama, Donald Trump gobernó un período, y en el primer año del gobierno de Biden, guerra en Ucrania.
Bush hijo lanzó la segunda Guerra de Golfo con una mentira vulgar.
Ahorcaron a Sadham, que estropeó parte de los negocios de Bush hijo, sin encontrar las “Armas de Destrucción Masiva” que “justificaron” la guerra. Creerle a gobiernos en guerra es ingenuo o idiótico.
Lo único absolutamente cierto en Ucrania es que todos mienten, como mintieron justificando guerras pasadas.
El asesinato de un archiduque no desató la primera Guerra Europea, fue la pugna económica entre Inglaterra y Alemania.
Las “Cruzadas”, nunca buscaban el“santo sepulcro”, eran bandas de saqueadores, violadores y criminales.
No inventé nada, según Jeremías 17:5 “Maldito el hombre que cree en hombre”. Simplemente le agrego que, quien cree en políticos, no puede creer en Dios.