Roberto Valenzuela
SANTO DOMINGO.-Casi siempre nos hemos concentrado en criticar (maldecir-desacreditar) el sistema de Justicia, pero perdemos de vista dos elementos fundamentales: lo primero es que la mayoría de jueces y fiscales de carrera son gente honrada. Aman su carrera y la ejercen con pasión.
El sistema está lleno de muchos y muchas magistradas como la vicepresidenta de la Suprema Corte de Justicia, Miriam Germán, a la que se le tiene como símbolo de eficiencia y seriedad. Aparece uno o dos corruptos, que injustamente hacen que se generalice la idea.
El segundo elemento es que todos los integrantes de la Justicia realizan su labor con una precariedad espantosa: ellos y sus familiares son víctimas de la delincuencia, bajos salarios, sin seguridad laboral, exceso de trabajo, problemas con el seguro médico, tribunales deteriorados (con filtraciones), los baños son un desastre. Faltan tribunales.
Los diarios difundieron una extraña protesta en Santiago de los Caballeros. En una audiencia los abogados se negaron a subir al estrado. Todos se sentaron en el suelo, para llamar la atención de que no tienen ni banquetas donde sentarse, el salón es muy pequeño, el calor insoportable, no tiene aire acondicionado.
En la capital, el periodista de El Nacional, Domingo Berigüete, difundió un video sobre el espectáculo triste de una jueza en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva que se desplomó mareada por el calor. Fue necesario suspender la audiencia y la jueza hospitalizada de emergencia. Idéntico les ha ocurrido a abogados, reos y a sus familiares. Hace mucho que el sistema de aire acondicionado de ese edificio está dañado.
Los ascensores de esta edificación, construida por el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, no funcionan.
Hace unos días que un juez, muy molesto-enérgico, estaba requiriendo la presencia de un policía herido asaltando. Le iba a imponer medida de coerción. El magistrado puso cara de asombro, cuando le explicaron que el agente estaba en silla de rueda y que al no tener ascensores, no pudieron bajarlo por los escalones desde la cárcel, ubicada en el último piso del Palacio Justicia. Fue necesario que el juez, fiscal, abogado y demás subieran los escalones para cumplir el debido procedimiento legal del acusado
El personal administrativo de los tribunales, policías, fiscales, jueces deben aplicar justicia a los hombres más pobres y a los más ricos, pero con salarios muy bajos. Hemos tenido protestas de jueces y fiscales demandando mejoría salarial. Los últimos en protestar pidiendo aumento salarial fueron los abogados defensores públicos en la capital y Santiago de los Caballeros.
La provincia Santo Domingo debe ser la más poblada del país y donde más actos de delincuencia ocurren; pero no tiene un Palacio de Justicia. Uno de los salones para impartir la sagrada Justicia es un maloliente, caluroso furgón. Hace un tiempo que en ese mismo lugar, en una audiencia, un abogado se desplomó, murió. Del caso no se habló más, pero algunos colegas atribuyen su muerte a las pésimas condiciones del furgón.
El gobierno de Danilo Medina debe priorizar la inversión en el sistema de Justicia: es urgente ejecutar un plan de reparación y construcción de nuevos tribunales. Urge una mejoría salarial para todos y todas los que se dedican al sagrado oficio de impartir justicia. La base para el desarrollo es la Justicia, su deterioro daña los empresarios dominicanos y ahuyenta los inversionistas extranjeros.