NACIONES UNIDAS.-El diario español El País reseña este viernes la postura rusa frente al ataque de Estados Unidos contra bases militares sirias- De acuerdo con esa reseña, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, considera que el ataque de Estados Unidos contra su aliado Bachar el Asad supone una violación de la legislación internacional y pone en riesgo la cooperación con Washington en el país árabe. «Putin ve el ataque [contra una base siria] como una agresión contra un Estado soberano que viola la legislación internacional y que está basada en un pretexto fabricado» para desviar la atención de las muertes de civiles en Irak, según ha explicado este viernes el portavoz del mandatario ruso, Dmitry Peskov, informa Reuters.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, comparó el ataque con la intervención de Irak en 2003. «Esto recuerda a la situación de 2003 cuando Estados Unidos y el Reino Unido, con sus aliados, invadieron Irak sin autorización del Consejo de Seguridad», señaló Lavrov desde Taskent, la capital de Uzbekistán. «Pueden decir lo que quieran, pero el ataque, desde luego, es más que palabras», añadió, informa Efe.
Viktor Ozerov, el responsable del comité de defensa del Consejo de la Federación Rusa, ha precisado que «los bombardeos estadounidenses contra la base aérea siria pueden socavar los esfuerzos en la lucha contra el terrorismo en Siria. El responsable apuntó además a un posible cese de la cooperación militar en Siria entre los Ejércitos de Rusia y EE UU. La tensión bilateral ya fue patente en la ONU.
La embajadora de Estados Unidos había sido rotunda el miércoles en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. “Cuando fracasamos al actuar de forma colectiva, llega un momento en el que los países debemos hacer algo”, advirtió Nikki Haley ante la negativa de Rusia de aceptar una resolución condenando el último ataque con armas químicas en Siria. Este jueves por la noche, la diplomática abandonaba corriendo la sede del organismo tras fracasar el último intento para sacar adelante la resolución redactada con Francia y Reino Unido.
Era el preludio de algo mayor. La intervención militar directa contra objetivos del régimen en Siria se conoció cuando no había pasado una hora de la conclusión de la segunda ronda de negociaciones para consensuar la resolución. La amenaza de la administración de Donald Trump estaba clara. Vladimir Safronkov, el embajador ruso ante la ONU, advirtió de que cualquier acción en este sentido tendría “consecuencias negativas” y “trágicas”. “He sido muy franco”, insistió al salir de la reunión.
Safronkov ya acusó el miércoles a las potencias occidentales de “estar tratando de sembrar la discordia” con sus maniobras y calificó la propuesta de resolución de “provocación”. También dijo que la única intención que tienen Washington, Londres y París es la de cambiar el régimen. “Esta obsesión no hace más que obstaculizar el trabajo del Consejo de Seguridad”, afirmó, antes de presentar un texto alternativo de resolución pidiendo una investigación del incidente.
“Mirad lo que pasa en Irak, mirar lo que pasa en Libia”, dijo el embajador ruso refiriéndose a las intervenciones militares más recientes llevadas a cabo por occidente. El encuentro de este jueves del Consejo de Seguridad acabó sin nada concreto después de casi dos horas de reunión. En total había tres resoluciones en consideración. La intención era poder llegar a un compromiso este viernes. Pero a la vista del desenlace de esta noche, no está claro que sea posible.
Rusia vetó siete resoluciones sobre Siria. China le apoyó en cinco ocasiones. EE UU, por su parte, no estaba mostrando flexibilidad alguna en la negociación. Nikki Halley, que este mes ejerce de presidenta del Consejo de Seguridad, llegó a poner en cuestión durante el debate del miércoles que Rusia esté interesada en lograr la paz en Siria. El embajador francés, Francois Delattre, añadió que la inacción y el inmovilismo no pueden ser la opción ante esta masacre.
El representante diplomático de Reino Unido, Matthew Rycroft, claramente impaciente con la situación, acusó por su parte directamente a Rusia y a China de ser los responsables de esta situación dramática en Siria. “Estamos viendo las trágicas consecuencias del veto”, indicó, haciendo un llamamiento a las dos delegaciones para que se sumaran a su iniciativa. “El régimen de El Asad os está humillando frente al mundo”, afirmó, “defender lo indefendible crea dolor”.
Londres apoya plenamente la acción de EE UU, que califica de «respuesta apropiada al ataque bárbaro con armas químicas lanzado por el régimen. Pero la acción militar vuelve a poner en evidencia la profunda división y la incapacidad de para llegar a un acuerdo que permita poner fin a un conflicto que dura ya siete años. Las prioridades de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, que tienen poder de veto, dividen en este momento más que unen.