«Mataron al Chivo, en la carretera… Déjenmelo ver, déjenmelo ver, déjenmelo ver…»

SANTO DOMINGO.-La gente no lo creía. Una gran parte de los dominicanos ni se atrevía a hablar en público de la noticia que como susurro corría de boca en boca dando pie a todo tipo de comentarios y de temores. Nadie creía que habían matado «al jefe» y tímidamente hubo quienes poco a poco fueron abriendo los ojos y pusieron movimiento al merengue «mataron al chivo, en la carretera… déjenmelo ver, déjenmelo ver, déjenmelo ver… mataron al chivo y no me lo dejaron ver.

Este martes se cumplen 56 años del ajusticiamiento del «Padre y Benefactor» de la Patria Nueva, el Generalísimo Rafael Leonidas Trujillo Molina, conocido por lo bajo como «Chapita», por las tantas medallas que exhibía en sus uniformes a la usanza militar.

El ajusticiamiento del tirano Rafael L. Trujillo, ocurrido la noche del 30 de mayo de 1961, cuando se dirigía a su natal San Cristóbal, en compañía de su chofer, Zacarías de la Cruz tomó de sorpresa al país y al propio régimen, pese a que había temores desde la cúpula de la dictadura por el debilitamiento interno y el cerco internacional que cada día se cerraba mas, unido al descrédito por los crímenes que como el de las Hermanas Mirabal eran normales en un país dominado con manos férreas durante 31 años.

La muerte de Trujillo desencadenó una serie de acontecimientos políticos que finalmente abrieron las puertas a la democratización del país interrumpida en septiembre de 1963 con el derrocamiento del gobierno del profesor Juan Bosch.

30 DE MAYO

Hace 56 años que Antonio Imbert Barrera junto a otros seis compañeros logró emboscar y eliminar al tirano Rafael Trujillo en la avenida del malecón hoy conocida como 30 de mayo, cuando el dictador se dirigía junto a su chofer Zacarías d la Cruz a su residencia de San Cristóbal.

Entonces él y Luis Amiama Tió sobrevivieron a la persecución de los esbirros del dictador, que se lanzaron contra ellos cuando identificaron al grupo que participó en la conocida “Gesta del 30 de Mayo”.

Tras el fallecimiento de Amiama Tió en 1980, Imbert Barrera quedó como el último sobreviviente de la hazaña histórica del 1961.

Los detalles reales de cómo ocurrió la ejecución de Trujillo fueron revelados por Imbert Barrera, el 2 de junio de 1961, la noche en que se refugió en la residencia de la familia Cavagliano.

El texto le fue dictado a Liliana, hija de la pareja compuesta por Mario y Dirse, quien la pasó a máquina en hojas 8×13. Mario Cavagliano era cónsul de Italia y accedió a esconder a Imbert a pedido del padre de Frank y Fernando Rainieri, para salvarlo de la feroz persecución a los implicados en el ajusticiamiento de Trujillo por parte de los agentes del Servicio de Inteligencia Militar , la policía política del régimen.