Testigo del Tiempo
La reconciliación Washington-Caracas
J.C. Malone
ESTADOS UNIDOS, Nueva York.-El miércoles, Cuba, Venezuela y Nicaragua, aliados Latinoamericanos de Rusia, no votaron en resoluciones de la ONU condenando la invasión a Ucrania.
El jueves el presidente Nicolás Maduro, declaró que el petróleo venezolano estaba disponible para inversionistas “de Asia, Europa o Estados Unidos”.
El sábado Washington envió emisarios a Caracas.
En 2019, Donald Trump rompió relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela, Maduro se apoyó en bancos rusos y chinos para vender petróleo.
Las refinerías petroleras del Golfo de México fueron diseñadas especialmente para procesar el denso petróleo venezolano, el presidente Joe Biden quiere reactivarlas.
Maduro se acuesta con Vladimir Putin por tres años, pero amanecerá cualquier día con Biden.
Se reconciliarán Washington y Caracas.
Estos tipos no son leales ni desleales, buenos ni malos, como politicos profesionales, son iguales.
Putin será parte del pasado de Maduro, la política es fría, cortante, cruel, como el desamor.
Maduro, seguro, aprendió del ex presidente Cubano Raúl Castro.
El 16 de diciembre del 2014, Castro se acostó con Maduro en el Palacio de Miraflores de Caracas, pero el 17 amaneció con Barack Obama en Washington.
Castro tampoco fue malo, Hugo Chávez había muerto en marzo del 2013, Maduro lucía tan frágil como ahora luce Putin, hoy como ayer, es cuestión de sobrevivencia.
Si Venezuela se convierte en el sustituto del petróleo de Rusia los días feos de Caracas podrían, muy pronto, ser parte del pasado, dependerá de la negociación.
Venezuela tiene las principales reservas petroleras y acuíferas del planeta, solo la arrogancia estadounidense, personificada entonces en Trump, pudo darse el “lujo” de cerrarle las puertas comerciales.
Queda claro que Maduro sobrevivió sin Washington, y ahora Washington no podrá poner como “condición” que Maduro renuncie.
La reconciliación reabrirá la conversación del blanco Bueno Vs. blanco Malo, Trump fue “blancomalo”, Biden es “blancobueno”; mundialmente, Putin es “malblaco”, Biden “buenblanco”.
Algo será confirmado aquí, “ellos son blancos y se entienden” o se destruyen, lo hicieron en el pasado.